Presidente/a:
AMBROSSIO ROSSIELLO
Secretario/a:
VICTOR GOMEZ
Otro/a:
* DANIEL DE CLERCK. * OSCAR JAVIER ESPINO
Esta complicado también para el futbol del futuro, todo el deporte parado por la pandemia que nos azota, no se sabe hasta cuando, ya que hay adultos que siguen sin cuidarse y eso afecta a los mas desprotegidos .
Esperemos que razonen y lo comiencen a cuidarse !
Cada vez que nuestras selecciones mayores o juveniles logran éxitos internacionales, o ante la masiva presencia de futbolistas compatriotas en los primeros niveles del fútbol mundial, surge el asombro desde diversas partes del planeta y se preguntan cómo es que un pequeño país de poco más de tres millones de habitantes puede conseguir tantos logros en el fútbol.
Tiempo atrás, la FIFA publicó un informe en el que expresaba que “el increíble secreto del baby fútbol uruguayo podría ser la base del éxito” de nuestra selección, y destacaba que es un ejemplo a nivel mundial ya que el 85% de los niños de 6 a 13 años juegan al fútbol en nuestro país.
El baby fútbol es el jardín de infantes de este glorioso fútbol uruguayo. Se calcula que en los 2000 partidos que se juegan por semana participan más de 300 mil personas. Son 60 mil niños jugando y 120 mil padres apoyándolos.
Quien marca las pautas del baby fútbol es ONFI (Organización Nacional de Fútbol Infantil), al tiempo que la Asociación Uruguaya de Fútbol Infantil (AUFI) está comprendida dentro de ONFI.
En total existen 598 clubes en 62 ligas distribuidas en los 19 departamentos, con 60 mil niños jugando, abarcando entre los 6 y los 13 años de edad. Cada club teóricamente tiene que tener ocho categorías, aunque no siempre se logra este cometido.
“No imagino al fútbol uruguayo si no tuviera baby fútbol. Todos los futbolistas de esta selección y los importantes de años atrás vinieron de allí. Francescoli, Recoba, Batista y Paolo Montero”, explicó el maestro Óscar Tabárez en un simposio.
El Gol al futuro y el estudio
Cuando en 2009 se inició el programa Gol al futuro, impulsado por el gobierno, el 50% de los jugadores jóvenes estaba fuera del sistema educativo. Hoy el 96% asiste a un instituto, sea liceo, UTU o similar. La organización puso a un educador por club para realizar la coordinación de horarios y poder compaginar estudios y entrenamientos.
Gol al futuro controla estas situaciones y a cambio compensa a los clubes con material deportivo. En los seleccionados juveniles ofrecen talleres de educación sexual, prevención de adicciones de todo tipo, ese tipo de cosas, con gente especializada.
Los chicos que vienen del interior con 13, 14 años, están en segundo o tercero del ciclo básico. Los traen a Montevideo, pero la inserción de esos chicos es difícil, les cuesta a nivel deportivo y social y se complica más el estudio. Es un nudo gordiano que cuesta desatar. Algunos siguen estudiando, otros dejan.
¿Cómo se financia ONFI?
A ONFI no le pagan nada ni la liga ni los clubes, es totalmente gratuito. El presupuesto de ONFI se cubre con las partidas de la Secretaría de Deporte, y con el aporte de algunos sponsors que tienen convenios con ONFI directamente.
Luis De Melo, presidente de la organización, explicó que el cometido de la ONFI es la “atención a la infancia a través del futbol infantil, más formativo que competitivo” y resaltó que sólo el 1% de los niños que juegan en los clubes de la ONFI llega a jugar en el fútbol profesional. “Claramente no somos una organización que se dedique a formar jugadores. No negamos el fútbol, ni estamos peleados con la AUF, estamos llamados a cosas distintas”.
El fútbol infantil es un movimiento social con una base deportiva. Es una fábrica de jugadores, porque todos los jugadores de fútbol salen de allí, pero es mucho más que eso. Es que gracias al fútbol infantil hay muchos niños que tienen la posibilidad de relacionarse socialmente, de aprender el respeto a la autoridad, a las reglas del juego, lo que es luchar juntos por un objetivo común, enseña también lo que es ganar o perder.
Formar seres humanos
El cometido de ONFI no pasa por formar jugadores de fútbol sino seres humanos. Es que la mayoría de esos 60 mil niños no llegarán a trabajar como futbolistas profesionales.
De los que practican baby fútbol cada año, apenas el 10% se integra a algún club de la AUF. Y de todos ellos, apenas el uno y medio por mil alcanzan la elite. Del baby fútbol a la pre séptima de los clubes existe un largo trecho, pese a que el pasaje podría darse en pocas semanas. En todo el país juegan al baby de 10 a 13 mil niños, de los cuales entran al circuito de los clubes unos 1.300 por año.
Hay un eslabón cortado entre el baby y el fútbol de AUF, que deja afuera a casi el 90% de los chicos del baby, aunque algunos se van a otras ligas, al fútbol universitario o a OFI. Las estadísticas marcan que de aquellos que practican baby, llega apenas uno y medio por mil a la elite de la actividad, es decir, al círculo de futbolistas que pueden asegurar su vida a través del fútbol.
Entre los futbolistas profesionales existen algunas franjas. Además de los que alcanzan un gran pase internacional, hay otros que logran hacer una buena base para el futuro porque tuvieron una transferencia al exterior, aunque no haya sido a uno de los grandes mercados.
Un tercer sector lo forman los que pudieron irse poco tiempo al exterior y administraron adecuadamente el dinero obtenido, así como quienes sin salir del cabotaje tienen una formación integral que les da herramientas para la vida posterior al fútbol. Y una última franja, donde están futbolistas de la C, la B e incluso la A que no lograron el éxito económico y están expuestos a la incertidumbre el día que abandonan la práctica.
La tecnificación de los entrenadores y la violencia
Rige una resolución desde el año 2009 que establece que se requiere tener título habilitante para ser DT, el cual se consigue a través del ISEF, cursos de OFI, de ACJ, Instituto Dreams y ONFI hace cursos.
Asimismo, el baby fútbol ha recibido algunos ataques debido a ciertos episodios de violencia, el factor principal es la falta de control de los padres, que se molestan porque sus hijos no ganan. Reclaman, muchas veces a través de la violencia física. Pero si hacemos una cuenta sencilla llegaremos a la conclusión que se trata de un ámbito bastante pacífico: se calcula que en los 2000 partidos que se juegan por semana participan más de 300 mil personas.
Para jugar un clásico se requieren más de 1200 policías, y la AUF en un año juega menos de 3500 partidos sumando todas las divisionales. En cambio en ONFI se juegan 2000 partidos por semana sin un solo policía.
Así que los hechos de violencia, si bien a veces existen, son mínimos, y en porcentaje no pueden siquiera compararse con la violencia que existe en la sociedad y en el deporte, sobre todo en el fútbol profesional.